Venezuela define su futuro en la jornada electoral
Más de 700 observadores internacionales acuden a la cita.
Este domingo, casi 21 millones de venezolanos están convocados a las urnas para elegir, entre 10 candidatos, al presidente de la República que ejercerá funciones entre 2025 y 2031.
En la liza compiten el actual mandatario izquierdista, Nicolás Maduro, quien aspira a un tercer período, así como los opositores Edmundo González (ultraderecha), Benjamín Rausseo (centroderecha), Claudio Fermín (centroizquierda), Enrique Márquez (centroizquierda), Daniel Ceballos (derecha), José Brito (centroderecha), Javier Bertucci (derecha), Luis Eduardo Martínez (centroizquierda) y Antonio Ecarri (derecha).
Para la cita estarán habilitadas 28.180 mesas de votación a lo largo del territorio venezolano, que operarán entre las 6:00 de la mañana y las 6:00 de la tarde, aunque el organismo podrá prorrogar el horario ante la presencia de electores en los centros.
De conformidad con la normativa vigente y en contraste con lo que sucede en otros países de la región, se espera que el Consejo Nacional Electoral (CNE) anuncie los resultados no a partir de estimaciones sino sobre votos computados cuando la tendencia sea irreversible. Así, no hay un horario preestablecido para el primer boletín, pues el reporte depende tanto de la hora de cierre de las mesas como de la brecha existente entre los competidores.
Garantías
El pasado 20 de junio, ocho de los 10 aspirantes suscribieron ante el CNE un acuerdo de reconocimiento tanto de la institucionalidad del país como de “los resultados emitidos por el Poder Electoral como garante y fuente creadora de los poderes públicos mediante el sufragio, fundamentando sus actos en la preservación de la voluntad del pueblo, expresada a través del voto en ejercicio de su soberanía”. Ni González Urrutia ni Márquez rubricaron el documento.
Por diseño, el sistema electoral venezolano contempla auditorías con participación de técnicos de todas las organizaciones con fines políticos acreditadas antes, durante y después de la celebración de la elección. Estas medidas de control incluyen la auditoría del 52 % de las mesas el día del evento.
En ese país suramericano, tanto el voto como los sistemas de cómputo están automatizados desde hace más de dos décadas. Esto significa, entre otras cosas, que los electores depositan en las urnas un comprobante de voto y no el voto en sí.
Al ser cerrada, cada máquina de votación arroja un acta, cuyos resultados son contrastados con los comprobantes de las urnas así como con el cuaderno de votación. Este proceso está bajo responsabilidad de los miembros de mesa, pero es presenciado por los testigos de los partidos políticos y por ciudadanos comunes. El número de asistentes solo está limitado por la capacidad física del centro de votación.
También, en cumplimiento con los Acuerdos de Barbados firmados en octubre pasado, las autoridades de Venezuela confirmaron la asistencia de más de 700 observadores internacionales, así como la presencia de una misión del Centro Carter y de un panel de expertos de las Naciones Unidas, entre otras organizaciones que estarán presentes en los comicios.
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