Jornada decisiva para Argentina: el directivo del FMI se reúne para analizar la aprobación definitiva de la refinanciación de la deuda
Si el Fondo confirma el nuevo acuerdo, enviará un primer giro de casi 10.000 millones de dólares.
Los directivos del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reúnen este viernes para definir si aceptan de forma definitiva la refinanciación de la deuda argentina, luego de haber llegado a un acuerdo de palabra con el Gobierno de Alberto Fernández y después de que el Congreso de ese país aprobara el nuevo pacto.
En concreto, se trata de un plan para que Argentina pueda afrontar el endeudamiento tomado bajo la administración de Mauricio Macri por casi 45.000 millones de dólares. Ante el riesgo de caer en ‘default’ —incumplimiento de pago—, el Gobierno peronista propuso lograr un refinanciamiento, es decir, un nuevo crédito que permita pagar el anterior, pero con plazos de devolución más flexibles. Así, el nuevo acuerdo entre Argentina y el FMI se extenderá hasta el 2034.
Según el Ejecutivo, este convenio no traerá recortes en el gasto social ni tampoco de infraestructura y obras públicas, sino más bien lo contrario. Sin embargo, se planifica una reducción del déficit fiscal, llegando al 2,5 % del Producto Bruto Interno (PBI) este año y al 0,9 % en el 2024. Esto, supondrá revisiones trimestrales del organismo financiero sobre la economía argentina.
En caso de que la reunión interna del FMI concluya sin imprevistos, el organismo enviará de forma inmediata un primer desembolso de 9.800 millones de dólares. Ese monto se usará para que el país deudor pueda abonarle al propio Fondo 2.800 millones de dólares, cuyo pago tiene fecha de vencimiento el 31 de marzo y ya había sido prorrogado. Además, se utilizará para agrandar las reservas del Banco Central. Crispación social en medio del acuerdo
A nivel local, la refinanciación de la deuda fue aprobada en ambas cámaras del Poder Legislativo, contando con el apoyo de casi todas las fuerzas políticas, incluyendo a Juntos por el Cambio —macrismo—, la alianza que tomó el empréstito inicialmente.
En contrapartida, la izquierda y algunos sectores del kirchnerismo —encabezados por Máximo, hijo del matrimonio Kirchner— rechazan el acuerdo. Entre sus argumentos, destacan que así se convalidaría una deuda tomada ilegalmente, porque Macri no planteó su debate legislativo previo, y que el pago significaría un fuerte ajuste sobre los sectores populares.
Más allá del plano legislativo, las jornadas de votación estuvieron acompañadas por muchas protestas en la Ciudad de Buenos Aires. La más resonante ocurrió mientras se producía la votación del proyecto en la Cámara de Diputados: hubo incidentes que incluyeron destrozos en el despacho de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
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