El mercado se prepara para el primer recorte de tasas de la Fed: ¿cómo impacta en los bonos en dólares de Argentina?

El mercado se prepara para el primer recorte de tasas de la Fed: ¿cómo impacta en los bonos en dólares de Argentina?

“Un descenso de la tasa y un modo risk on en inversores que es favorable para la renta fija argentina. Dicha baja de tasas genera un contexto global más favorable para los títulos locales”, afirmó. A su vez, remarcó que el bono que sobre pondera son los Globales del tramo medio.

Actualmente, la probabilidad de ver una baja de 25 puntos básicos en la tasa de la Fed es del 75%, mientras que el mercado le asigna una tasa de recortes y hay más en camino. Este ha sido el contundente mensaje de la avalancha de bancos centrales que se reunió esta semana.

Hasta ahora muchos se han mostrado escépticos, y con razón. La inflación ha sido persistente, pero, con la presión sobre los precios en caída, las autoridades han pasado a enfocarse en el riesgo de un ajuste excesivo. Los tiempos están cambiando y los mercados se están dando cuenta: una asignación global 60/40 de acciones y bonos1 está teniendo su mejor semana del año hasta el momento.

La carrera hacia los recortes de tasas ha oficialmente comenzado

Desde que empezó el año, la persistencia de varios indicadores importantes (desde el empleo hasta la inflación) generó dudas de que los bancos centrales fuesen a realizar algún recorte en 2024. Sin embargo, esta semana (y al unísono) las autoridades monetarias han enviado un mensaje rotundo: el giro se está produciendo.

El Banco Nacional Suizo (BNS) hizo historia como el primer banco central de un mercado desarrollado en reducir las tasas en este ciclo. Por su parte, la Reserva Federal confirmó que continúa con sus planes de realizar tres recortes este año, incluso en un contexto de fuerte crecimiento y precios más rígidos. Mientras tanto, el Banco de Inglaterra sentó las bases para una posible reducción en junio, ya que el Reino Unido estaría “en camino” de ganar su lucha contra la inflación. Incluso el Banco de Japón logró su propio hito, al oficialmente poner fin al experimento de tasas de interés negativas y realizar un aumento por primera vez en 17 años.

Las autoridades no están tan preocupadas por la inflación

La tarea de controlar los precios sin descarrilar el crecimiento ha sido delicada. En resumen, los bancos centrales señalaron esta semana que se están enfocando más en el riesgo que supone para la actividad económica mantener las tasas altas, en lugar de obsesionarse excesivamente con el regreso volátil hacia el objetivo de inflación de 2%.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, aportó esta semana algunas actualizaciones que respaldan esta postura:

Por un lado, subrayó que, así como el banco central no reaccionó exageradamente el año pasado a cifras de inflación más débiles, tampoco está considerando la fortaleza de las de los últimos dos meses como una nueva tendencia. Estos son “obstáculos en el camino”, inevitables en el proceso de desinflación.

Por otro lado, realizó un cambio significativo en su declaración respecto a la de la reunión de enero: incluyó la idea de que “un debilitamiento inesperado del mercado laboral podría… justificar una respuesta política”. Si bien dijo que no cree que eso sea probable, dio a entender que están más inclinados a recortar que a subir.

También destacó la fortaleza de la economía y elevó sus proyecciones de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y de inflación, al tiempo que redujo las de desempleo. Y, aún ante este panorama, todavía vislumbra tres recortes de tasas para este año. ¿Cómo? El comité mencionó específicamente la “mejora de las condiciones de oferta” (especialmente en el mercado laboral) como una razón clave por la que una actividad económica más fuerte no tendría por qué alimentar a los precios. Esto indica que las autoridades creen que la economía es saludable y no demasiado activa, razón por la cual la reducción de tasas debería seguir sobre la mesa.

En resumen, la Reserva Federal (y la mayoría de sus pares mundiales) parece más inclinada a realizar recortes ante la primera señal de debilidad económica, que a aumentar agresivamente si la inflación tarda un poco más en volver a su objetivo. Esta “asimetría” en la toma de decisiones es una buena noticia para los inversionistas de clases de activos múltiples.

El riesgo de reinversión es real: reconsidere el efectivo

Tasas más altas por más tiempo no han sido suficiente para incentivar a muchos inversionistas a quedarse sin efectivo. Y ahora con los recortes en marcha, aquellos que se quedaron al margen deberían ponerse a correr.

Analicemos algunos de los escenarios que podrían plantearse. 1) Se evita la recesión y logra un “aterrizaje suave”, con lo cual activos más riesgosos (como las acciones) deberían tener un desempeño superior. 2) Se produce una recesión, ante lo que los bonos pueden ofrecer estabilidad y refugio. 3) La inflación se vuelve a acelerar. Como vimos en 2022, alternativas como los activos reales pueden ofrecer más protección que el efectivo, así como acceso a tendencias de largo plazo como la política industrial y transición energética.

También vale la pena señalar que, incluso en un año como 2023, cuando el efectivo ofreció unos de los mejores rendimientos en más de una década, aun así, su desempeño fue inferior al de la mayoría de las otras clases de activos: las Letras del Tesoro renovables generaron un retorno de 5,1% en comparación con 26% de las acciones estadounidenses y 8,5% de los bonos estadounidenses con grado de inversión. El tiempo, y a medida que los retornos se acumulan, puede marcar una gran diferencia.

Entonces, si bien el efectivo tiene un propósito y puede ser una parte fundamental del plan de cualquier inversionista, ahora más que nunca recordemos que tiene un costo. Si no, pregúntele a un depositante esta semana en Suiza.

Las acciones suben a medida que se amplía el repunte

En lo que va del año, el S&P 500 ha alcanzado 20 nuevos máximos históricos. Y esto, después de una larga sequía de dos años, significa que el 35% de los días hábiles de 2024 han registrado un récord. Crecimiento fuerte, inflación moderada y flexibilización de la Reserva Federal son la receta perfecta para obtener ganancias corporativas y, a su vez, mayores retornos de las acciones.

En 2023, muchos se quejaron del liderazgo de las grandes tecnológicas. Sin embargo, 2024 está trayendo una tendencia más amplia: en lo que va del año, más de un tercio de las empresas del S&P 500 ha superado el retorno total de 10,3% del índice general y casi tres cuartos cotiza a un valor más alto.

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