Luz que acompaña a nuestros pueblos

Cada 12 de diciembre, nuestras voces y nuestros corazones se unen para honrar a la Virgen de Guadalupe,

Madre amorosa y protectora de millones de fieles que encuentran en Ella consuelo, esperanza y fortaleza. En esta fecha sagrada, profundamente arraigada en la tradición mexicana y en el sentir de muchos pueblos centroamericanos e hispanoamericanos, recordamos su presencia viva como guía espiritual y símbolo de identidad.

Bajo su manto, nuestras comunidades han aprendido a resistir, a levantarse y a caminar con dignidad incluso en tiempos de prueba. Ella, la Morena del Tepeyac, abraza cada oración y acoge cada súplica, acompañando a quienes buscan refugio, claridad o paz interior. Su imagen, tan cercana al corazón de la gente sencilla, ilumina hogares, caminos y celebraciones, recordándonos que la fe es un lazo que sostiene y une más allá de cualquier frontera.

En este día de veneración, rendimos homenaje a la Madre Guadalupana con profundo respeto y devoción. Agradecemos su presencia constante en nuestras vidas y en nuestras comunidades, y reconocemos en Ella un faro de esperanza colectiva y un amor maternal que no conoce límites. Que su luz siga guiando nuestros pasos, fortaleciendo nuestro espíritu y bendiciendo siempre a los pueblos que la veneran con tanto cariño y entrega.