Estados Unidos pone fin a su cierre de Gobierno más prolongado de la historia
La Cámara de Representantes de Estados Unidos levantó el cierre financiero del gobierno del presidente Donald Trump.
Luego de 43 días de cierre, el gobierno del presidente Donald Trump tiene los recursos necesarios para reactivar, con normalidad, las actividades de todas las dependencias públicas en Estados Unidos.
Esto luego de que la Cámara de Representantes de ese país aprobara el miércoles un proyecto de ley que garantiza los recursos para el funcionamiento de las entidades públicas en los próximos meses.
Hay que tener en cuenta que esta situación dejó sin trabajo a miles de empleados públicos en Estados Unidos, presionando los indicadores de desempleo y llevando a mayores gastos desde el lado de la entrega de subsidios para cesantes.
Entre algunas de las consecuencias más importantes, el cierre del gobierno de Estados Unidos retrasó la operación en embajadas, llevando incluso al aplazamiento de entrevistas para la expedición del documento.
Entre otras consecuencias, el cierre del gobierno de Estados Unidos también afectó el transporte aéreo de pasajeros y llevó a algunas familias a tener que hacer fila en bancos de alimentos.
La aprobación del proyecto que levanta el cierre de Gobierno se da luego de que la Cámara regresara a sesiones, después de casi ocho semanas fuera de actividades legislativas.
Los republicanos sacaron adelante el proyecto gracias a una estrecha mayoría, con lo que se consiguieron los sufragios necesarios para asegurar la aprobación del proyecto de ley, con una votación de 222 a 209.
¿Qué consiguieron los demócratas?
Tras 43 días, el cierre parcial del Gobierno estadounidense más largo de la historia ha llegado a su fin. Con la firma del proyecto de ley de financiación por parte del presidente Donald Trump, los empleados federales volverán a cobrar, los parques nacionales reabrirán y los servicios gubernamentales restringidos se reanudarán. Los viajes aéreos, afectados por la escasez de personal, deberían volver a la normalidad.
El evento, sin precedentes, dejó la pregunta abierta sobre qué lograron realmente los demócratas a cambio del coste económico y social del cierre. Los demócratas del Senado habían provocado el cierre como una táctica para forzar a los republicanos a prorrogar los subsidios al seguro médico para estadounidenses de bajos ingresos que expiran a finales de año, marcando este punto como su límite de negociación.
Sin embargo, cuando un puñado de demócratas rompió filas para votar a favor de la reapertura del Gobierno el domingo, el partido no recibió prácticamente nada a cambio: solo la promesa de una votación en el Senado sobre los subsidios, sin garantía de apoyo republicano ni la votación necesaria en la Cámara de Representantes.
Este desenlace ha provocado furia en el ala izquierda del partido, cuyos miembros han acusado al líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer —quien no votó a favor del proyecto de ley de financiación—, de ser cómplice secreto del plan de reapertura o de ser simplemente incompetente en la gestión de la crisis.





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